miércoles, 24 de agosto de 2011

Líderes Fieles y Genuinos

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 - Es fácil ser fiel mientras no haya tentaciones, pero la verdadera fidelidad se muestra en medio de ellas. -

1 Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto 2 por cuarenta días, y era tentado por el diablo. Y no comió nada en aquellos días, pasados los cuales, tuvo hambre. 3 Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan. 4 Jesús, respondiéndole, dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios. 5 Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra. 6 Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy. 7 Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos. 8 Respondiendo Jesús, le dijo: Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás. 9 Y le llevó a Jerusalén, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate de aquí abajo; 10 porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden 11 y, en las manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra. 12 Respondiendo Jesús, le dijo: Dicho está: No tentarás al Señor tu Dios. 13 Y cuando el diablo hubo acabado toda tentación, se apartó de él por un tiempo. 14 Y Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea, y se difundió su fama por toda la tierra de alrededor. 15 Y enseñaba en las sinagogas de ellos, y era glorificado por todos. (Lucas 4, 1-15)

Una de las circunstancias más difíciles de manejar en nuestra vida es el tema de nuestra fidelidad hacia nuestros principios. El liderazgo efectivo, en cualquier área de nuestra vida, requiere una fidelidad intachable hacia un ideal, un enfoque o un objetivo y una genuina manera de ser, sin máscaras, hipocresías o vergüenzas.

Ser fiel y genuino es sencillo cuando la tentación no esta frente a nosotros, pero las pruebas son las que definen nuestro carácter de fidelidad. Por ejemplo si una persona pasa por una necesidad económica y de pronto encuentra una billetera “sin dueño” en la oficina, es el momento de manifestar sus valores y mantenerse correcto, buscar de quien es la billetera y devolverla.
Sin embargo, todos sabemos que esa no es la historia más habitual. Mucha gente en medio de la necesidad pierde los estribos y cae en las tentaciones, y de pronto pierden la fidelidad a sus valores, entran en el terreno de la mentira, de negarlo todo y equilibrar su conciencia hasta el punto de ya no sentirla.

Otro ejemplo es respecto a la fidelidad entre esposos. La fidelidad de un esposo(a) se ve por cómo reacciona frente a la posibilidad de vivir una aventura. Encontrará sentimientos atractivos y diferentes en otra persona, se despertará en él o ella una intensidad emocional ya olvidada pero si es fiel a sus principios y a las promesas, si es fiel al amor que comparte podrá decirle NO a la tentación.


El mundo está lleno de líderes que pueden manejar un equipo pero que tienen hogares destruidos, hijos rebeldes y descarriados, o viven en medio de los vicios propios de la vanidad. Un líder no es sólo el que tiene la capacidad de desarrollar el potencial de quienes lo rodean, es además el que añadido a ello, puede llevar a cada uno de sus liderados hacia una vida plena, feliz y con un propósito trascendente. Eso no se consigue mediante libros, capacitaciones o charlas magistrales, sino mediante la expresión de vida, que puede decir incluso sin palabras, lo que es correcto y lo que no lo es. Eso sólo lo consiguen personas fieles y genuinas.

Jesucristo como líder, nos da una máxima lección al respecto. Luego de varios días sin comer, cuando el hambre apremia y la necesidad es evidente, es tentado primero con el pan. El diablo sabe a través de qué tentar, algo simple, aparentemente indispensable para satisfacer lo que uno más desea o anhela. “Si eres Hijos de Dios di a esta piedra que se convierta en pan” ¿Qué hubiese tenido de malo que Jesús convirtiera la piedra en pan si en verdad tenía hambre y además tenía el poder para hacerlo? Pero ese no era el trasfondo, el tema real era “demuéstrame que tienes poder” como cuando estas frente a la tentación de la billetera y algo te dice dentro de ti que está mal lo que quieres hacer, pero otra parte te dice ¿A qué le temes? Si nadie te ve, o eres cobarde. El diablo te dice “Demuéstrame que eres valiente, que tienes poder”. Y como ya aprendimos, la respuesta perfecta es, Escrito está… Porque no hay mayor poder que la Palabra de Dios.

Luego la tentación da un vuelco impresionante, de hablar de pan pasa a hablar de todas las riquezas de la tierra, con tal de ser adorado. Adorar, brindar reverencia al diablo, no es gran cosa, lo terrible es darle la espalda al Señor. Como dice la lectura de Jueces 8 Fueron una vez los árboles a elegir rey sobre sí, y dijeron al olivo: Reina sobre nosotros. 9 Mas el olivo respondió: ¿He de dejar mi aceite, con el cual en mí se honra a Dios y a los hombres, para ir a ser grande sobre los árboles? (Jueces 9, 8-9) Al fin, luego de cada tentación, nuestro Señor Jesús deja claro qué tipo de líder era y qué tipo de hombre era. Una enseñanza de fidelidad sensata e impenetrable, y la más genuina manera de manifestarse como Hijo de Dios.

CUANDO LA FIDELIDAD DECAE

2 Y al oír Juan, en la cárcel, los hechos de Cristo, le envió dos de sus discípulos, 3 para preguntarle: ¿Eres tú aquel que había de venir, o esperaremos a otro? 4 Respondiendo Jesús, les dijo: Id, y haced saber a Juan las cosas que oís y veis. 5 Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio;6 y bienaventurado es el que no halle tropiezo en mí. (Mateo 11, 2-6)

Como referimos antes, en momentos complicados, la fidelidad puede decaer. ¿No era Juan el que anunció a Jesucristo a los cuatro vientos? ¿No era Juan el que bautizó a Jesús y presenció cómo se abrían los cielos y se escuchaba la declaración de amor paternal de nuestro Padre Celestial: Este es mi hijo amado en quien pongo toda mi complacencia? ¿Cómo es posible que ahora desde la cárcel mande a preguntar si realmente Jesús era el mesías? Pues la misma pregunta lo responde. Estaba en la cárcel. En los momentos de mayor dificultad, siempre puede caer nuestra fidelidad hacia nuestros ideales o hacia la fe que llevamos en el corazón.

Si algún día como líder en medio de los problemas decae tu fidelidad a Dios, el creerle a su palabra, dejas de ser genuino, dejas de ser tú mismo (hijo de Dios) para comportarte como cualquiera, Jesús te dice entonces, “Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio;6 y bienaventurado es el que no halle tropiezo en mí” Es decir, basta con que mires lo que te rodea, todas las bendiciones que he derramado sobre tu vida, ¿Quién crees que te dio todo eso? ¿Crees que no lo puedo volver a hacer? Si te di la vida ¿Qué crees que no podría darte hombre de poca fe? ¿Si te di la vida, crees que no te di el potencial para que tu vida sea abundante y dichosa? ¿Si entregué a mi único hijo por ti, qué crees que no te daría? ¿Dudas de mí porque algo no funciona o no sale bien? Imagínate que yo te juzgue como tú me juzgas a mí. Pero basta con que mires lo que he dado y regreses a ser un hijo fiel y yo correré a abrazarte porque has regresado.

Dios nos dejó en su palabra muchas promesas de amor, y sólo a cambio de otra muestra de amor, nuestra fidelidad. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida. (Apocalipsis 2:10) Todos estamos llamados al liderazgo y al amor, para que la obra del Señor sea revelada a través de nosotros, pero eso implica ser fieles y genuinos, jamás abandones ese camino, Jesús lo respeto hasta la misma cruz. Y fue por ti.

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martes, 23 de agosto de 2011

Su vara y su cayado

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- Si quieres que Dios sea tu pastor, debes saber que Él deberá ser el dueño de toda tu mente, de toda tu alma, de todo tu corazón y de todas tus fuerzas.-

Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento. (Salmo 23,4)

Este versículo del precioso Salmo 23 es muy interesante. Quisiera que utilicemos nuestra imaginación para entender su profundidad.

Imaginémonos que alguien está pasando por un “valle de sombra de muerte”, sólo y asustado, todo es oscuro y tenebroso, pero se dice a sí mismo “basta de miedos, no temeré mal alguno porque mi Dios está conmigo”. Y efectivamente Dios está con él pero tiene en una mano una vara y en la otra un cayado.

El hombre le dice: Señor, necesito aliento para continuar y salir de este valle. Y Dios… ¿Para qué creen que utiliza la vara y el cayado? Dice el Salmo “El Señor es mi pastor…” La vara era utilizada para arrear o golpear al ganado para que avance y el cayado o bastón (que tiene la parte superior curva) servía para atrapar y retener al ganado. (no sólo para apoyarse como unos piensan)

Es decir, la vara es la autoridad y la fuerza para que avances y el bastón es la autoridad y la fuerza para que no te vayas por donde no debes. Si quieres que Dios sea tu pastor, debes saber que Él deberá ser el dueño de toda tu mente, de toda tu alma, de todo tu corazón y de todas tus fuerzas.

En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó. Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.

Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.
(Mateo 11,25-30)


Una pregunta interesante respecto a esta lectura sería ¿qué le preguntaron a Jesús para que haya respondido de tal manera? Porque la lectura comienza con “En aquel tiempo, RESPONDIENDO Jesús dijo:…” Es decir, lo que Jesús hizo fue responder una pregunta. ¿Cuál? Me permito ensayar una. He imaginado que un maestro de la ley, sensato y digno le preguntó: “Maestro ¿Qué puedo hacer? Te escucho hablar con sabiduría en la carne y en el espíritu y mi corazón se agobia porque por muchos años he buscado a Dios, soy un hombre ya viejo y he cumplido lo que Él ordenó desde siempre, pero no lo he hallado más que en las escrituras, las he estudiado, las he aprendido, pero eso no me ha servido para encontrarlo, sin embargo tú Maestro, lo entiendes y lo conoces ¿Qué has hecho Tú para lograrlo y qué debo hacer yo? Ya estoy cansado de buscarlo y no encontrarlo…” Y Jesús respondió…

Dentro de su respuesta dice “aprended de mí que soy manso y humilde de corazón”. Manso y humilde en la personalidad es entendible aunque no es muy compatible con un espíritu de liderazgo como el que tenía Jesucristo, pero el añade “de corazón”. ¿Por qué? Es una manera de decir, “yo me rindo a la voluntad de mi padre, soy manso, hago lo que Él me pide, sin mayores preguntas y aunque a veces no estoy de acuerdo, siempre se hará su voluntad y no la mía, soy humilde, sé escuchar sin reprochar, no soy más que los demás ni menos que los demás, pero sé que soy diferente a los demás porque mi Reino no es de este mundo ¿acaso no son así los niños? Se rinden a los deseos de su padre y no dudan de su bondad, no se creen más que nadie, sólo viven para complacer a sus padres y para ser felices. Mi carga es hacer lo que mi padre quiere y no lo que yo quiero, y mi yugo es hacer incluso las cosas con las que no estoy de acuerdo o siento que no me convienen pero debe hacerse su voluntad. Mi carga es ligera porque para quien lo sigue todo obra para bien y mi yugo es fácil porque lo amo”.

La respuesta fue si quieres encontrar a Dios, debes saber que Él deberá ser el dueño de toda tu mente, de toda tu alma, de todo tu corazón y de todas tus fuerzas.
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María y el liderazgo de Jesucristo

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- Jesucristo fue criado por María, ¿De quién habrá heredado semejante personalidad de líder?-

28 Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo !Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres. 29 Mas ella, cuando le vio, se turbó por sus palabras, y pensaba qué salutación sería esta. 30 Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. 31 Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. 32 Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; 33 y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.
34 Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón. 35 Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios. 36 Y he aquí tu parienta Elisabet, ella también ha concebido hijo en su vejez; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril; 37 porque nada hay imposible para Dios.
38 Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia. (Lucas 1, 28-38)




En las representaciones teatrales o cinematográficas sobre el nacimiento de Jesús, este momento de la anunciación no revela, ni en la mejor actriz, la profundidad del ser de María. Quisiera que imaginemos no sólo la escena sino también los pensamientos, las emociones, las razones, las inquietudes y la sorpresa para una mujer, que por temas históricos, sabemos que aún era adolescente. Por supuesto que no el “tipo” de adolescente que hoy conocemos pero la inexperiencia era evidente.

Aparece un ángel, ¿Cómo habrá sido? ¿Cómo reaccionarías tú si se te apareciera un ángel? Probablemente saldrías despavorido porque tienes tu mente llena de información respecto a fantasmas, aparecidos y circunstancias sobrenaturales. Eso revela la primera característica de María, LA PULCRITUD DE SUS PENSAMIENTOS.

Dice la escritura que María cuando lo vio y lo escuchó “se turbó por sus palabras”, es decir, no era su presencia lo que la turbaba, en su mente como judía sensata y juiciosa, sólo rondaba la palabra del Señor. Yo me imagino a María orando en silencio, quizá recitando un salmo de memoria algo así como el Salmo 1 “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado; sino que en la ley de Dios está su delicia, y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará. “

Pero supongamos que tenemos pensamientos libres de contaminación,pulcros y en Dios como María, pero igual la naturaleza nos ha dado una personalidad nerviosa o demasiado sensible. ¿Cómo reaccionarías? Probablemente también caerías asustado o saldrías despavorido. Pero María se quedó a escuchar, quizá pasó por su mente irse, quizá movió sus pies en un afán por escapar de aquello extraño que pasaba, su rostro se debe haber desencajado por el susto, por algo el ángel le dijo “no temas María”. Pero se quedó. Eso revela una segunda característica de María, CARÁCTER. (O dominio propio)

Luego de quedarse ahí, a pesar del temor, a pesar de la incertidumbre y la sorpresa, María logró escuchar y digerir lo que el ángel anunciaba. Vamos a suponer que tengas la mente limpia y el carácter suficiente como para quedarte a escuchar al ángel, pero prestar atención a sus palabras, dominar las emociones encontradas en el interior, dominar los miedos, olvidarse de ellos y escuchar con atención es otro nivel y requiere una tercera característica: TEMPLE. (Fortaleza enérgica y valentía serena para afrontar las dificultades y los riesgos. Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua)

Frente a lo escuchado, enfrentándose a una batalla interna en la mente y el corazón, María acepta sin titubeos la voluntad del Señor, sin embargo solicita detalles, tiene inquietudes, ¿Cómo será esto si no conozco varón? Imagínate discutirle al ángel, siquiera dirigirle la palabra, preguntar por los detalles. Probablemente nosotros con la mente limpia, el carácter y el temple necesarios estaríamos ahí, pero preguntar algo implica la voluntad, el deseo de saber, de escuchar, de encontrar algo más allá de la voluntad divina. La pregunta en otras palabras fue, quiero saber cómo es que Dios obrará en mí, necesito que mi fe se alimente de esa certeza, porque si no tengo una certeza más allá de tu palabra mi fe puede tambalear. Otra característica de María era un ANHELO DE UNA FE SIEMPRE MAYOR.

Y por último, la respuesta que lleva a María a la máxima expresión de su esencia es la aceptación de la voluntad del Padre, pero sus palabras reflejan una entrega máxima, un abandono absoluto a la voluntad divina, una disposición de corazón tan incomprensible como el enorme amor de Cristo por nosotros al punto de morir en una cruz. “He aquí la sierva del Señor, hágase en mi conforme a tu palabra” Sólo de esta respuesta de una excelsa humildad se pueden escribir bibliotecas enteras. María tenía un corazón de hija de Dios tan profundo que podía tener el corazón de madre más increíble, al punto que fue elegida para ser Madre de nuestro Señor Jesús. La siguiente característica fue su HUMILDAD.

Jesucristo fue criado por María, ¿De quién habrá heredado semejante personalidad de líder? ¿No es acaso la madre la que más se dedica a los hijos y de quien aprenden las primeras características de sus maneras de pensar y obrar? Imagínalo, siendo criado y enseñado no sólo en la palabra de Dios y en los quehaceres propios de la familia, sino en PULCRITUD DE PENSAMIENTOS, CARÁCTER (DOMINIO PROPIO), TEMPLE (VALENTIA SERENA), ANHELO DE UNA FE SIEMPRE MAYOR Y HUMILDAD. ¿De dónde crees que sacó Jesús esas características? De una madre elegida especialmente por Dios para él. Aprendamos de María y de Cristo cada una de estas características para llevar nuestro liderazgo a otro nivel, y pidamos a nuestro Padre que ponga sus ojos en nosotros para sus grandes obras.

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LO SOBRENATURAL ESTA EN TI I

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- ...creen que fe solo es creer que Dios puede, y no pueden creer que el mismo Dios dijo que al que cree todo le es posible.-

La gente entiende por sobrenatural todo aquello que escape de la percepción estándar de nuestros sentidos, todo aquello que se manifieste de manera inexplicable y esté por encima de nuestro entendimiento. Y están en lo cierto, porque sobrenatural significa que supera lo natural.
Entonces caminar sobre las aguas es sobrenatural, sanar a un leproso es sobrenatural, dar de comer a miles de personas casi de la nada es sobrenatural, resucitar una niña es sobrenatural. Jesús era todo sobrenatural, por ello su constante anhelo de que aprendamos a manejar y acrecentar nuestra fe, fe para superar el límite de la razón y de los sentidos, fe para lo sobrenatural porque en ello está la esencia de nuestro privilegio de hijos de Dios. Fe para superar la carne y la vida como la conocemos.
En la siguiente lectura observaremos que el primer paso de la fe para lo sobrenatural es el pensamiento sobrenatural. Jesús siempre elevó las exigencias de todo lo que hacemos, quería llevarnos del pensamiento y el sentir natural a estratos superiores. Es natural que odies a tus enemigos, pero Jesús te dice, ama a tus enemigos, no los condenes, bendícelos, eso está por encima de lo natural, es ir más allá y estar a la altura de las exigencias del Reino. Si alguien te daña es natural que pienses en devolver la ofensa, el golpe o el daño, pero ir por encima de lo natural es poner la otra mejilla, eso es sobrenatural.
Ahora, si te parece imposible o inimaginable cumplir con ese nivel o crees que sólo es “un decir”. ¿Cómo podrás hacer crecer tu fe en lo demás? La fe no está conectada con lo natural. Por ello la gente tiene tantos problemas con la fe, porque la parte básica no está en sus concepciones, creen que fe solo es creer que Dios puede, y no pueden creer que el mismo Dios dijo que al que cree todo le es posible.
El Señor en esta lectura nos enseña algunos detalles de por donde comenzar en el desarrollo de nuestra fe.
Los sentimientos y las palabras
Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio.  Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego. (Mateo 5:21, 22 RVR60)
Dice la palabra de Señor que   "Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida. (Proverbios 4:23)" Los sentimientos equivocados son un veneno para el corazón, y hoy podemos ver que son un paso en falso para el desarrollo de la fe. Quizá por ello Jesús insistía tanto en el tema de la humildad y la mansedumbre, porque sin ello no se podía iniciar el camino del crecimiento de la fe. Solo la humildad puede ayudarnos a manejar nuestros sentimientos ¿Acaso no es la humildad una manera de guardar el corazón?  La humildad anula nuestro ego, lo reduce a su mínima expresión y permite que sea el Señor y su palabra quien dirija nuestra vida, y no nuestras emociones. Eso es sobrenatural.
También encontramos en su palabra "Con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. (Romanos 10:10)" es evidente el poder de la palabra, con ella el Señor lo creo todo y Jesús la reconoció como la matriz de las acciones de fe. Pero ese mismo poder puede ser dirigido equivocadamente. No usarlas bien significa otro retroceso en el desarrollo de la fe y una desconexión con lo sobrenatural. Al estar enojado con un hermano lo natural es decirle cosas desagradables, lo sobrenatural seria decirle palabras de vida y bendición, entonces tu fe se potenciará porque comienzas a caminar en la ruta de lo sobrenatural del Señor. Recuerda que el Señor nos dijo “tu boca habla de lo que en tu corazón abunda”.
Los pensamientos
Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio.  Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón. (Mateo 5:27, 28 RVR60)
Nuevamente hablamos del corazón y esta vez conectado con los pensamientos. Otras veces hemos aprendido sobre esta conexión pero no hemos visto su relación con el desarrollo de la fe. Guardar los pensamientos es guardar el corazón. Acostumbrar a los pensamientos a ser dirigidos por las palabras correctas puede traer manifestaciones de fe que sobrepasarían todo entendimiento. Pedro vio a Jesús desde la barca y le dijo " manda que yo vaya hacia ti" eso es haber acostumbrado a los pensamientos a dirigirse por las palabras correctas ¿Se imaginan a Pedro contaminado por pensamientos de derrota o de pecado? Él sabía que Jesús tenía las palabras correctas y se dejo guiar por ellas.
Mientras más tengas en ti las palabras del Señor, mejores caminos y decisiones tendrás. Los pensamientos son muy importantes y debemos aprender a ser dueños de ellos, lo natural es que ellos actúen de manera independiente, pero lo sobrenatural es  que te adueñes de ellos para acrecentar tu fe.
 
Continuará...
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miércoles, 17 de agosto de 2011

Mantente Enfocado

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- Dios no está dispuesto a perdonar a quien ha perdido el enfoque a pesar de haber sido bendecido. -

22 Dijo luego a sus discípulos: Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué comeréis; ni por el cuerpo, qué vestiréis. 23 La vida es más que la comida, y el cuerpo que el vestido. 24 Considerad los cuervos, que ni siembran, ni siegan; que ni tienen despensa, ni granero, y Dios los alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que las aves? 25 ¿Y quién de vosotros podrá con afanarse añadir a su estatura un codo? 26 Pues si no podéis ni aun lo que es menos, ¿por qué os afanáis por lo demás? 27 Considerad los lirios, cómo crecen; no trabajan, ni hilan; mas os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos. 28 Y si así viste Dios la hierba que hoy está en el campo, y mañana es echada al horno, ¿cuánto más a vosotros, hombres de poca fe?
29 Vosotros, pues, no os preocupéis por lo que habéis de comer, ni por lo que habéis de beber, ni estéis en ansiosa inquietud. 30 Porque todas estas cosas buscan las gentes del mundo; pero vuestro Padre sabe que tenéis necesidad de estas cosas. 31 Mas buscad el reino de Dios, y todas estas cosas os serán añadidas. 32 No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino. 33 Vended lo que poseéis, y dad limosna; haceos bolsas que no se envejezcan, tesoro en los cielos que no se agote, donde ladrón no llega, ni polilla destruye. 34 Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. (Lucas 12, 22 – 34)


Para cualquiera de nuestras actividades mantenerse enfocado es una prioridad. Cuando vas a dar un examen sabes que debes mantenerte enfocado en el curso, no puedes estar pensando durante el examen en problemas de otro curso. Cuando estas comiendo no puedes estar pensando en los problemas del trabajo. Cuando atiendes a los que amas no puedes estar pensando en problemas laborales. Mantener el enfoque ayuda a mantener una visión.

Todos tenemos (o deberíamos tener) una visión en la vida, un lugar a donde mirar y mantenernos enfocados en cada objetivo que cumplir hasta alcanzar la meta. Cuando queremos prepararnos para ingresar a la Universidad, cada detalle cuenta, desde tu alimentación que debe ser balanceada y orientada hacia el esfuerzo mental, hasta la programación de horas de descanso que deben estar orientadas en el mismo sentido. Durante ese tiempo sólo hablas del examen de admisión, sólo hablas de problemas de matemática o de razonamiento, tu vida se transforma en un “sistema planetario” donde el centro es el examen. Tienes una visión y cada cosa que haces tiene ese centro.

Cuando gracias a Dios el amor real llega a tu vida, la persona que amas se transforma en el centro de tus acciones, estudias en función de tener tiempo para verla, comes pensando en que habrá comido, duermes pensando en si habrá dormido bien, tomas decisiones en función de su bienestar, te proyectas y vives en función de esa persona, y finalmente tienes como objetivo hacer una vida a su lado, y ser como dice la Palabra del Señor, una sola carne. Tienes una visión y si en algún momento pierdes el enfoque, pierdes la concentración, las cosas cambian de rumbo y comienzas a sentirlo.

Nuestro Señor Jesucristo nos enseña cual es el enfoque que debemos tener para que cumplamos con la visión que ha sido puesta en nuestro corazón. Dios no sólo pone una visión que alcanzar en nuestro corazón a través de la fe, sino que nos da el “proceso”, el enfoque adecuado. Nos dice el Señor “buscad primero el Reino de Dios y todas las cosas que necesites os serán añadidas. No temáis manada pequeña porque a vuestro padre le ha placido daros el Reino.” Es una declaración gloriosa para nosotros.

Jesús nos dice (parafraseando), “Enfócate en lo correcto, busca el Reino de Dios, date cuenta que tu carne no lo es todo, que tus ansias no lo son todo, eres mucho más que eso, alimenta tu fe, busca la verdad en tu Padre, yo te mando esfuérzate y sé valiente, llena tu corazón de lo correcto, lleva la buena noticia a todas las naciones, tú concéntrate en eso, enfócate, y yo me encargaré de todo lo demás, porque a tu Padre no sólo le complace verte hacerlo, que rompas tus límites terrenales, sino que además le complace verte ser más de lo que tú alguna vez creíste ser, le complace darte todo porque eres su hijo.”

Mantener el enfoque no siempre es fácil

46 Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?(Mateo 27, 46)

Jesucristo tenía serias razones para tirar la toalla, para negarse a seguir la visión divina que nos beneficiaba a nosotros, nada merecedores de su bondad, pero que lo llevaba a Él a dolores, humillaciones y maltratos insufribles, al punto de la cruxificción. Pero a pesar de todo, se mantuvo enfocado.

Algunos creen que este fue un desliz en la fe de nuestro Señor, que se sintió sólo y abandonado, pero Él siempre nos enseño que en los momentos de tentación, aquella que nos puede sacar del enfoque, debemos responder con “Escrito está…”. Cristo hace referencia al Salmo 22 que retrata un grito de angustia y un canto de alabanza. En medio de la angustia, en medio de la ansiedad, el Señor nos enseña que es posible angustiarse sin por ello perder el enfoque, porque aún ahí como Job, se debe dar alabanza porque a nuestro Padre. “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” Romanos 8:28

El Problema de perder el enfoque

26 Y Dios habló a Moisés y a Aarón, diciendo: 27¿Hasta cuándo oiré esta depravada multitud que murmura contra mí, las querellas de los hijos de Israel, que de mí se quejan? 28 Diles: Vivo yo, dice Yavhé, que según habéis hablado a mis oídos, así haré yo con vosotros. 29 En este desierto caerán vuestros cuerpos; todo el número de los que fueron contados de entre vosotros, de veinte años arriba, los cuales han murmurado contra mí. 30 Vosotros a la verdad no entraréis en la tierra, por la cual alcé mi mano y juré que os haría habitar en ella; exceptuando a Caleb hijo de Jefone, y a Josué hijo de Nun.
31 Pero a vuestros niños, de los cuales dijisteis que serían por presa, yo los introduciré, y ellos conocerán la tierra que vosotros despreciasteis. 32 En cuanto a vosotros, vuestros cuerpos caerán en este desierto. 33 Y vuestros hijos andarán pastoreando en el desierto cuarenta años, y ellos llevarán vuestras rebeldías, hasta que vuestros cuerpos sean consumidos en el desierto. 34 Conforme al número de los días, de los cuarenta días en que reconocisteis la tierra, llevaréis vuestras iniquidades cuarenta años, un año por cada día; y conoceréis mi castigo. 35 Yo Yavhé he hablado; así haré a toda esta multitud perversa que se ha juntado contra mí; en este desierto serán consumidos, y ahí morirán. (Números 14, 26 -35)

El pueblo de Israel fue rescatado de la esclavitud presenciando las manifestaciones más grandes que el Señor ha podido regalar a una nación. Y con todo ello, frente a la incertidumbre, al no saber que vendría luego, frente al desierto, decidieron volver al lugar de donde Dios los había sacado.

¿Cuántas veces por momentos de incertidumbre perdemos el enfoque de nuestros propósitos y desechamos a Dios de nuestros planes como si en él no reposara todo lo que acontece? El problema no es la ira de Dios, el problema es que al nosotros abandonarlo, el no se acerque y quedemos sin su protección. Muchas veces por nuestra falta de enfoque perdemos de vista muchas cosas, entre ellas, las promesas del Señor.

De cuarenta días a cuarenta años, mucho de lo que vivimos y de lo que perdemos no es un castigo del cielo sino una consecuencia lógica de nuestra desconcentración. ¿Perdiste la concentración en tu relación amorosa? Lo más probable es que seas más propenso a caer en las tentaciones y quieras regresar a la “soltería” y terminas haciéndote daño tú y haciéndole daño a alguien. ¿Perdiste la concentración en tus deberes? Lo más probable es que vengan reprensiones. ¿Perdiste la concentración en tu fe? No te quejes si no ves venir bendiciones.

Pero si meditas en la palabra de día y de noche como la Palabra recomienda para que tengas días buenos y seas prosperado en todo lo que emprendas, entonces Jesús estará en tu corazón y el enfoque para todo será más fácil de llevar.

Estar enfocado implica ser conciente de mis bendiciones

22 Entonces fue traído a él un endemoniado, ciego y mudo; y le sanó, de tal manera que el ciego y mudo veía y hablaba. 23 Y toda la gente estaba atónita, y decía: ¿Será éste aquel Hijo de David? 24 Mas los fariseos, al oírlo, decían: Este no echa fuera los demonios sino por Beelzebú, príncipe de los demonios.(I)
25 Sabiendo Jesús los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no permanecerá. 26 Y si Satanás echa fuera a Satanás, contra sí mismo está dividido; ¿cómo, pues, permanecerá su reino? 27 Y si yo echo fuera los demonios por Beelzebú, ¿por quién los echan vuestros hijos? Por tanto, ellos serán vuestros jueces.
28 Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios. 29 Porque ¿cómo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear sus bienes, si primero no le ata? Y entonces podrá saquear su casa. 30 El que no es conmigo, contra mí es;(
J) y el que conmigo no recoge, desparrama. 31 Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada. 32 A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero. (Mateo 12, 22 – 32)

El Espíritu Santo es la tercera persona de la Santísima Trinidad que nos fue otorgado como conexión con la obra salvadora de Jesucristo. Es Dios obrando en nosotros, es la fuerza y el poder que nos transforma en verdaderos hijos de Dios y coherederos con Cristo. Eso no se puede entender mediante ilustraciones o tradiciones. Quien habla del Espíritu Santo ya tiene una noción de espiritualidad. Saber sobre el Espíritu Santo y hablar de él ya implica una conciencia de su acción.

Cuando hablo del Espíritu Santo atentando contra su real naturaleza, e incluso ofendiendo su actuar, estoy rompiendo la conexión entre mi naturaleza carnal y mi naturaleza espiritual. Estoy ofendiendo a todo cuanto se ha hecho por mi con la muerte de Jesucristo para regresarme la vida. Estoy atentando contra la Verdad revelada en Jesucristo de nuestra naturaleza real. Estoy perdiendo el enfoque mayor que es mi trascendencia y mi relevancia de Hijo de Dios.

Cuando tú no estás obrando como hijo de Dios a pesar de tener conciencia de tu naturaleza, y pierdes el enfoque de tu real misión y encargo, te estas arriesgando a transgredir lo más delicado de lo expuesto por el Señor respecto al perdón. Dios no está dispuesto a perdonar a quien ha perdido el enfoque a pesar de haber sido bendecido. 21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? 23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.

Si ya eres parte del redil, si el Señor ya te ha cobijado en su regazo y te ha bendecido, no pierdas el enfoque de tu misión y tu propósito divino, porque recuerda que Jesús nunca perdió el enfoque, nos enseñó y entrenó para no hacerlo, y sobretodo porque si dejó encargado hacer a todas las naciones sus discípulos es porque el mundo lo necesita y por que tu lo necesitas, no porque Él lo necesite. Mantente enfocado y serás bendecido en sobremanera.
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La Ceguera y la Fe

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- Nuestro Señor en cada milagro pone en relieve el poder de nuestra FE porque el poder de Dios jamás estará en discusión. -

27 Pasando Jesús de allí, le siguieron dos ciegos, dando voces y diciendo: !!Ten misericordia de nosotros, Hijo de David! 28 Y llegado a la casa, vinieron a él los ciegos; y Jesús les dijo: ¿Creéis que puedo hacer esto? Ellos dijeron: Sí, Señor. 29 Entonces les tocó los ojos, diciendo: Conforme a vuestra fe os sea hecho. 30 Y los ojos de ellos fueron abiertos. Y Jesús les encargó rigurosamente, diciendo: Mirad que nadie lo sepa. 31 Pero salidos ellos, divulgaron la fama de él por toda aquella tierra. Mateo 9, 27-31

Dice la palabra del Señor que Jesús pasaba por una comunidad y dos ciegos al saber que era Él, se lanzaron a suplicarle clemencia y misericordia. No dice que Jesús los haya atendido inmediatamente, por el contrario, se puede entender que lo hace recién cuando llega a una casa. Es hasta ese momento que los ciegos se acercaron a él.

Me gustaría que hiciéramos un ejercicio mental e imaginemos el proceso antes de este encuentro entre Jesús y los ciegos. ¿Cómo pudieron saber los ciegos quién era Jesús? Lo llaman Hijo de David, es decir, sabían que no era cualquier profeta, que era el Mesías. Y es ahí donde entran a tallar los demás, los que tienen la información, la buena nueva. Alguien tuvo que acercase a ellos, algún conocido, algún amigo o quizá un familiar, que ya había escuchado o incluso visto lo que Jesús era capaz de hacer. Imaginen las esperanzas que habrán tenido, el sueño que les habrá invadido sobre que el Señor pase algún día por su pueblo, entendiendo que para las personas invidentes no es tan fácil movilizarse, y menos en tiempos donde los caminos eran agrestes y tropezarse sería cosa de cada metro.

Y de repente alguien les avisa “El Maestro, el Mesías del que te hablamos está en camino”. Los ciegos inmediatamente, esperanzados por la sanidad, piden que los lleven donde puedan estar cerca de Él para ser sanados. Con dificultad pero con mucha prisa, sin importar cuanto tropiecen, sin importar cuanto caigan, se dirigen al encuentro del Señor porque lo que más desean es VER. Están cerca del camino y Jesús pasa por ahí, la multitud lo sigue, y los ciegos no son los únicos que se han enterado de su llegada, muchos quieren un milagro, una palabra de vida del Señor, y ellos claman, ¡Ten misericordia de nosotros, Hijo de David!, pero en medio del tumulto y de los gritos de los demás que también claman parece que no los ha escuchado. Pero el Señor, sabe que están ahí, sabe lo que quieren, sabe lo que debe hacer, y sabe también que hay gente que los sostiene. Ellos no se dan por vencidos, todo el tiempo que gritaron y que lucharon por llegar estuvieron del brazo de quienes los ayudaban, y les dicen, el Señor no nos ha escuchado, quizás uno de ellos diga, hemos perdido nuestra oportunidad, o quizás diga, aun no, hay que seguirlo, pero solos no podemos. Los que los acompañan les dan ánimos, los levantan y comienzan a llevarlos en busca del Señor.

En el camino, conversan sobre las veces que el Señor ha obrado milagros sobre otros, es el mejor momento de conversar sobre el tema, entonces la fe de ellos comienza a crecer, sobre lo que escuchan, sobre lo que dice la gente que lo sigue, sobre el ánimo que les dan los seguidores de Jesús, comienzan a creer con más fuerza sobre lo que el Señor es capaz de hacer, pero eso sucede en el camino, con lo que otros les dicen, y sobretodo, los que los llevan del brazo y cuidan sus caídas. Llegan donde el Señor y sucede lo inevitable, el Señor sabe que el error de todos los que hablan de Él pero realmente no lo entienden, es que sólo lo ven a Él hacer el milagro, pero no ven la fe del que lo recibe.

Él enseñó de muchas maneras que el poder está en la Fe de la gente, que Él puede hacer mucho si la gente realmente lo cree. ¿Creéis que puedo hacer esto?, es una manera de decir ¿La confianza en mi obra está en tu corazón o piensas que puedo obrar tengas o no tengas fe? Ellos ya habían pasado por un camino, a tientas, ciegos, pero del brazo de quienes si creían, escuchando a quienes sí creían y alimentando su esperanza de que Él pudiera hacerlo. Entonces respondieron Sí Señor, en ese momento el Señor les toca los ojos, claro que podría hacer mucho sin tocarlos, pero sabe que el encuentro directo es un alivio para el corazón. Imaginen ese segundo de sentir los dedos del Señor sobre los ojos, el corazón se te acelera, es momento de ver, y el Señor dice “Conforme a tu fe sea hecho” ¿No te volverías loco de sentir como se abren tus ojos y comienzas a ver la luz? Y de repente lo primero que vez, es su rostro. Y te dice, es importante que no le cuentes a nadie esto, ¿Por qué? Porque la gente seguiría en el mismo error que hasta ahora mantenemos muchos, cuando creemos que Dios es un “mago” olvidamos que su más grande regalo de libertad fue nuestra FE.

Lo peor de ser ciego no es la ausencia de vista, es la incertidumbre de no saber hacia donde uno va. ¿Alguna vez has jugado de pequeño o de grande a cerrar los ojos a ver que se siente o hasta donde llegas o cuantas cosas puedes hacer con los ojos cerrados? Habitualmente en un instante la incertidumbre es tan grande, que decides abrirlos, a veces, aunque estés ayudado por alguien.

Mucha gente no ve, es ciega en su fe, sólo viven el día a día y sin Dios en su corazón, hasta que un día aparece Cristo en sus vidas y creemos que con eso basta, pero el Señor en su amor sabe que la fe debe desarrollarse, yendo del brazo de alguien que sí “vea”, de alguien que guíe, y escuchando el testimonio y las palabras de quienes dicen “Si Dios conmigo, ¿quién contra mi?, yo todo lo puedo en Cristo que me fortalece porque el Señor es mi pastor y nada me hace falta…” Llegará un momento en que esos ciegos podrán acercarse al Señor y el los tocará y les dirá, “Conforme a tu fe sea hecho”, y los que lo llevamos hasta ahí, nos regocijaremos de las maravillas que el Señor sigue haciendo entre nosotros.



Un ciego sanado en Betsaida

22 Vino luego a Betsaida; y le trajeron un ciego, y le rogaron que le tocase. 23 Entonces, tomando la mano del ciego, le sacó fuera de la aldea; y escupiendo en sus ojos, le puso las manos encima, y le preguntó si veía algo. 24 El, mirando, dijo: Veo los hombres como árboles, pero los veo que andan. 25 Luego le puso otra vez las manos sobre los ojos, y le hizo que mirase; y fue restablecido, y vio de lejos y claramente a todos. 26 Y lo envió a su casa, diciendo: No entres en la aldea, ni lo digas a nadie en la aldea. Marcos 8, 14 – 26

Ahora acontece el milagro de otro ciego que revela algo que nos suele suceder. En la lectura anterior vimos a Jesús diciéndole a los ciegos “Conforme a tu fe sea hecho”, pero a este, cuando llega a la aldea, lo coge de la mano y lo saca de la aldea. Es muy difícil tener una fe adecuada cuando nos rodeamos de demasiada gente que ve en Dios sólo un dispensador de milagros, y probablemente más complicado aún, cuando nos rodeamos de gente que no comprende el mensaje de Jesús. Nuestro Señor en cada milagro pone en relieve el poder de nuestra FE porque el poder de Dios jamás estará en discusión.

Aleja al ciego de la aldea y hace algo que escapa de todo método que podríamos considerar, escupe en sus ojos. Imaginen al ciego, esperando una caricia, un toque suave y lo que siente es el sonido del escupitajo sobre sus ojos y la humedad correspondiente. En ese momento su mente y su corazón deben haber entrado en una confusión. No era lo que esperaba, su fe se debilita por un momento, y la sanidad no viene completa y Jesús le pregunta ¿Ves algo? Y por supuesto que veía, pero no bien. ¿Será que el poder de Dios es ineficaz? O es que la fe del ciego frente a los métodos fue afectada.

Cuantas veces Dios obra de maneras insospechadas sobre nuestra vida para traernos bendición y de repente nuestra fe es quebrantada, y no alcanzamos la bendición completa, porque no era lo que esperábamos. ¿Qué hubiese pasado si el ciego hubiese dicho en su corazón, "este no es el Jesús del que había escuchado"? Él se dio cuenta que no veía bien ¡Pero ya veía! Entonces su fe regresa y Jesús sólo tiene que poner sus manos sobre él. El Señor le daba una lección a sus discípulos: la medida de su fe será la medida de la obra de Dios en sus vidas, porque la fe que Dios les ha regalado es para que la usen completa, no a medias, y no importan los métodos, no importan las maneras, Dios es tu Padre y él sabe cómo hace las cosas.

¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega. 36 Y el que siega recibe salario, y recoge fruto para vida eterna, para que el que siembra goce juntamente con el que siega. Juan 4, 35-38

La ceguera entendida como no ver, también la podemos tomar como no ver lo que deberíamos ver, Dios nos dice “Alzad los ojos y mirad los campos”, deja de mirar a donde estas mirando, deja de mirar las razones por las que no saldrá lo que anhelas y comienza a ver que tu Padre no te desampara. No te confundas, tus pensamientos no son los pensamientos de Dios porque Él siempre tiene pensamientos de bien para sus hijos. Él te dice “Yo obraré en tu vida en la medida de tu fe”, comienza a ver como Dios ve, no creas que porque algunas cosas no salen como pensabas o como creías, Dios no te quiere bendecir, no permitas que tus bendiciones se queden a medias y sobretodo no dejes de ser un lazarillo para quienes necesitan de la presencia y obra del Señor en sus vidas, porque el Señor dijo “os he puesto para que den fruto y vuestro fruto permanezca, para que todo lo que pidas al Padre en mi nombre os sea hecho”.

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miércoles, 4 de noviembre de 2009

¿En quien piensas?

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- El Señor siempre nos da la oportunidad de demostrar que aprendimos la lección -

Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo. Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas. Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas.
Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron. Y a la medianoche se oyó un clamor ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle! Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas.

Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan. Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas.
Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta. Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, Señor, ábrenos!
Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco. Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir. (Mateo 25, 1-13)


LO QUE PARECE NORMAL

Si examinamos atentamente la historia y la ponemos en el contexto que fue contada, hay algo que no parece muy común. En primer lugar, en esas épocas no había carreteras, ni luz eléctrica ni medios de transporte como los que hoy conocemos. Los terrenos eran difíciles, las noches más oscuras de lo que imaginamos y si algún viajero no llegaba a su destino, pues regularmente acampaba o se quedaba en el lugar que le tocara. ¿Qué tantas posibilidades había que el esposo llegara de noche?


Unas vírgenes habrán pensado, “ya es algo tarde, esperaremos con lo que queda de aceite en la lámpara y mejor no gastar porque lo que más estima un hombre en su esposa es EL AHORRO, total, si es muy tarde ya no llegará hasta el amanecer y verá que hemos sido sensatas y no gastamos más de lo que debimos…” y las otras habrán pensado “Mejor llevamos un aceite extra, es poco probable que llegue de noche pero cuando nos encuentre, sabrá que estuvimos preparadas para SERVIRLE sin importar la hora, y eso es lo que más valora un esposo.”

No se trata de mostrar, a comparación de otras historias, el anhelo por las ovejas perdidas. Se trata de una historia que involucra a dos tipos de personas prestas al Señor pero que NO toman decisiones bajo la misma visión. La visión del SERVICIO.

LAS MISMAS HERRAMIENTAS, DECISIONES DIFERENTES

Otro aspecto interesante es que ambos tipos de personas tuvieron las mismas herramientas. Pero una decidió hacer lo que parecía más lógico o más bien, más cómodo. En otras palabras, UNA COSA ES OBRAR PARA EL SEÑOR PENSANDO EN EL SEÑOR Y OTRA ES OBRAR PARA EL SEÑOR PENSANDO EN UNO MISMO.

¿Hemos visto hermanos que sirven al Señor siempre y cuando tengan comodidades suficientes? Por supuesto. Sólo sirvo al Señor si tengo tiempo, o si las personas que me rodean son las adecuadas, o si pertenecen al mismo grupo de oración que yo, o si son de mi edad, o si son de mi “carisma”, o si son mis amigos o sencillamente si me caen bien. No importa las maneras, no importan las circunstancias, debes comprender que al Señor se le sirve en todo tiempo y con todas las herramientas que tenemos, porque el Señor conoce nuestro corazón y no sabemos ni el día que nos llamará, ni el día que vendrá.

UNA PRUEBA MÁS

Cuando las vírgenes que tenían aceite supieron que llegaba el esposo a pesar que era media noche, hicieron algo que puede sonar desleal, pero no es otra cosa que la clásica enseñanza de nuestro Señor Jesús. Pusieron a prueba el aprendizaje de las imprudentes diciéndoles que vayan a comprar aceite. ¿Dónde podrían encontrar aceite a la media noche en esas épocas? Era una manera de “probar” si habían aprendido la lección de lo que sucedió por pensar más en ellas que en el Señor, pero volvieron a caer. En el momento crítico pensaron más en su “reputación” que en el esposo, y la desesperación las llevó a cometer un nuevo error, sólo que esta vez, ya no hubo otra oportunidad.

El Señor siempre nos da la oportunidad de demostrar que aprendimos la lección. Él quiere que lo amemos con toda nuestra mente, con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma y con todas nuestras fuerzas, en resumen, con todo. Grabemos en nuestro corazón que servirlo pensando en Él y en sus intenciones por encima de lo que nosotros somos o deseamos es vivir de manera sensata.
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