La gente entiende por sobrenatural todo aquello que escape de la percepción estándar de nuestros sentidos, todo aquello que se manifieste de manera inexplicable y esté por encima de nuestro entendimiento. Y están en lo cierto, porque sobrenatural significa que supera lo natural.
Entonces caminar sobre las aguas es sobrenatural, sanar a un leproso es sobrenatural, dar de comer a miles de personas casi de la nada es sobrenatural, resucitar una niña es sobrenatural. Jesús era todo sobrenatural, por ello su constante anhelo de que aprendamos a manejar y acrecentar nuestra fe, fe para superar el límite de la razón y de los sentidos, fe para lo sobrenatural porque en ello está la esencia de nuestro privilegio de hijos de Dios. Fe para superar la carne y la vida como la conocemos.
En la siguiente lectura observaremos que el primer paso de la fe para lo sobrenatural es el pensamiento sobrenatural. Jesús siempre elevó las exigencias de todo lo que hacemos, quería llevarnos del pensamiento y el sentir natural a estratos superiores. Es natural que odies a tus enemigos, pero Jesús te dice, ama a tus enemigos, no los condenes, bendícelos, eso está por encima de lo natural, es ir más allá y estar a la altura de las exigencias del Reino. Si alguien te daña es natural que pienses en devolver la ofensa, el golpe o el daño, pero ir por encima de lo natural es poner la otra mejilla, eso es sobrenatural.
Ahora, si te parece imposible o inimaginable cumplir con ese nivel o crees que sólo es “un decir”. ¿Cómo podrás hacer crecer tu fe en lo demás? La fe no está conectada con lo natural. Por ello la gente tiene tantos problemas con la fe, porque la parte básica no está en sus concepciones, creen que fe solo es creer que Dios puede, y no pueden creer que el mismo Dios dijo que al que cree todo le es posible.
El Señor en esta lectura nos enseña algunos detalles de por donde comenzar en el desarrollo de nuestra fe.
Los sentimientos y las palabras
Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio. Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego. (Mateo 5:21, 22 RVR60)
Dice la palabra de Señor que "Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida. (Proverbios 4:23)" Los sentimientos equivocados son un veneno para el corazón, y hoy podemos ver que son un paso en falso para el desarrollo de la fe. Quizá por ello Jesús insistía tanto en el tema de la humildad y la mansedumbre, porque sin ello no se podía iniciar el camino del crecimiento de la fe. Solo la humildad puede ayudarnos a manejar nuestros sentimientos ¿Acaso no es la humildad una manera de guardar el corazón? La humildad anula nuestro ego, lo reduce a su mínima expresión y permite que sea el Señor y su palabra quien dirija nuestra vida, y no nuestras emociones. Eso es sobrenatural.
También encontramos en su palabra "Con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. (Romanos 10:10)" es evidente el poder de la palabra, con ella el Señor lo creo todo y Jesús la reconoció como la matriz de las acciones de fe. Pero ese mismo poder puede ser dirigido equivocadamente. No usarlas bien significa otro retroceso en el desarrollo de la fe y una desconexión con lo sobrenatural. Al estar enojado con un hermano lo natural es decirle cosas desagradables, lo sobrenatural seria decirle palabras de vida y bendición, entonces tu fe se potenciará porque comienzas a caminar en la ruta de lo sobrenatural del Señor. Recuerda que el Señor nos dijo “tu boca habla de lo que en tu corazón abunda”.
Los pensamientos
Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón. (Mateo 5:27, 28 RVR60)
Nuevamente hablamos del corazón y esta vez conectado con los pensamientos. Otras veces hemos aprendido sobre esta conexión pero no hemos visto su relación con el desarrollo de la fe. Guardar los pensamientos es guardar el corazón. Acostumbrar a los pensamientos a ser dirigidos por las palabras correctas puede traer manifestaciones de fe que sobrepasarían todo entendimiento. Pedro vio a Jesús desde la barca y le dijo " manda que yo vaya hacia ti" eso es haber acostumbrado a los pensamientos a dirigirse por las palabras correctas ¿Se imaginan a Pedro contaminado por pensamientos de derrota o de pecado? Él sabía que Jesús tenía las palabras correctas y se dejo guiar por ellas.
Mientras más tengas en ti las palabras del Señor, mejores caminos y decisiones tendrás. Los pensamientos son muy importantes y debemos aprender a ser dueños de ellos, lo natural es que ellos actúen de manera independiente, pero lo sobrenatural es que te adueñes de ellos para acrecentar tu fe.
Continuará...